El edificio está situado en una zona periférica de la capital leridana.

En este entorno hemos propuesto el edificio como un elemento de geometría sencilla que no colabore en aportar una nueva variable en el paisaje. Situar el edificio en el fondo de la parcela ayuda a cerrar la configuración ortogonal de la manzana y libera el máximo espacio frente al vial. Este espacio ayuda a generar un filtro vegetal que regula la orientación y las vistas desde el interior.

Hemos elegido la orientación de la planta rectangular de las habitaciones con su lado más largo dando a este y oeste. En la parte oeste ubicamos la zona comunitaria de comedor y sala de televisión y reservamos el este por el máximo de habitaciones, que es a la vez una zona menos ruidosa. Añadimos al programa una terraza por planta de acceso desde el comedor que ayuda a filtrar la luz y la consecución.

Desde la planta primera de habitaciones se accede a la cubierta del paralelepípedo inferior. Esta cubierta se acondiciona como solarium en una parte y el resto se trata como cubierta vegetal.

La fachada se prevé con filtros solares en el oeste y en el este se configuran unas ventanas voladas que controlan la sombra del sol naciente.